l manga Kirin (キリン) arrancó en 1987 de la mano de Shohei Harumoto de la mano de la revista Mr. Bike BG para luego pasar a publicarse a partir de 1990 en Young King. Está compuesto de momento por 39 volúmenes y a día de hoy la historia todavía sigue viva, con publicaciones más o menos periódicas.
No guarda un argumento lineal sino que en él se entremezclan distintas historias e incluso momentos temporales diferentes. Actualmente se encuentra en su quinta parte que, curiosamente, cambia las motos por los coches para contar otro punto de vista.
on este título encontramos los volúmenes del primero al cuarto. En él toma parte el protagonista, Kirin, en un enfrentamiento contra un Porsche 911 que se convertirá en su archienemigo. Por el día trabaja en una agencia de publicidad pero por la noche, en cuanto se enfunda su traje de cuero se convierte en un corredor callejero. Ahora que he vuelto a leer lo que he puesto, me ha quedado ochentero total.
Su enfrentamiento acaba mal, con sus huesos en suelo como no podría ser de otra forma. Su moto queda inservible, una Suzuki GSX1100S Katana y entra en una espiral de desgracias: entre la vida y la muerte debido a las lesiones de su caída y divorciado a los 38. No me extraña que acabase comprando una BMW R100RS, iba completamente a la deriva.
Años después se reencuentra con Hashimoto, el propietario del Porsche 911 Carrera RS de 1973 pero con un bonito “swap” de motor por otro de un 911 Carrera de 84. En el corazón de Kirin vuelven a aflorar el espíritu de la velocidad, algo que se acrecienta cuando el propio Hashimoto le devuelve la Katana completamente restaurada para volver a enfrentarse juntos. Y hasta aquí puedo leer que os lo destriparía para algo que os tengo que contar luego.
Es curioso que el nombre del protagonista, Kirin, se puede traducir del japonés como jirafa. Sí, el animal ese amarillo y con pintas. No, Pikachu no, que no es Alonso, y además tiene cuello y es bastante largo. Y digo curioso porque realiza con ello una bonita metáfora en la que la presa es el motorista mientras que el depredador que va a su caza y debe vencer es el Porsche.
Comprende los volúmenes del quinto al décimo octavo. Se dice que el protagonista Kirin se deja ver un par de veces sobre una BMW K100 y una BMW K1200RS (seguiría en crisis el pobre hombre), pero la historia toma otros derroteros.
Para ser exactos (aunque aquí he de reconocer que me he perdido entre unas cuantas traducciones del japonés), la historia en estos volúmenes trata sobre Fuwa Masaki, líder del equipo que recorre el paso de montaña de Mutekingu. Carreras callejeras, peleas de bandas (perdón, Bōsōzoku) y un ambiente muy nocturno de velocidad y gasolina.
Se trata de la tercera parte, volúmenes del 19 al 35. Pegamos un salto en el tiempo y nos vamos a los años anteriores a la primera parte, Punto de no retorno. Si el anterior me costó entender el argumento este ya es para hacerse el Harakiri porque para enrevesarlo más tenemos también en el argumento entrenamiento y peleas de artes marciales.
Kirin aparece en dos ocasiones, incluso antes de tener la Katana. Monta en una Suzuki GSX-R1100 de las míticas, las refrigeradas por aceite. Y al final del capítulo 35 aparece la imagen de una Katana en el suelo tras el accidente con un camión. ¿El accidente de la primera parte? ¿Coincidencia?
Volúmenes del 36 al 39 y con el que en teoría finalizaba el manga. Tres generaciones, Kirin, su padre y su abuelo y una Kawasaki 750SS como protagonista. Habla sobre la historia de la familia, desde el abuelo fundador de Kotobuki Motor pasando por el padre, heredero del negocio y los comienzos del propio Kirin.
Como decíamos, el manga sigue activo pero en este caso se denomina Kirin, The Happy Ridder Speedway. Y lamentablemente no os puedo contar nada más allá de que los vehículos de cuatro ruedas cobran un mayor protagonismo.
Éxito en papel implica como sabemos pasar a la gran pantalla. Pero esta vez y sorprendentemente no lo hace en forma de OVA sino de película, con personajes de carne y hueso. Estrenada el año pasado no hace sino confirmar que a pesar de los 26 años que ya tiene encima, sigue contando con fieles lectores y ahora atraerá a algunos nuevos.
Con el título de Kirin, Point of no return está claro de que trata. El argumento de la película cuenta lo que ocurre en los cuatro primeros volúmenes, de ahí que no os quisiese destripar más el argumento porque, y por tiempo limitado como se suele decir, podéis ver la película en el vídeo que os incrusto y los tres enlaces siguientes. De momento, el trailer para abrir boca y la página web oficial, que tiene bastante que ver y poco que entender porque está en japonés.
[youtube]rOXeiGlQAYw[/youtube]
[youtube]3MZGJNGFXrI[/youtube]
En esta ocasión no hay videojuego pero sí varios kit a escala 1/12 que representan las motos y personajes del manga. Fabricados por Marubiya, he encontrado varios modelos con otros tantos personajes, incluso figuras solas en escenas de luchas callejeras.
Sorprendentemente su protagonista, Kirin, no aparece. Aunque es algo fácilmente solucionable si nos queremos hacer con una réplica de la Suzuki GSX1100S Katana ya que Tamiya sigue teniendo todavía disponible el kit con referencia 14010 o incluso la versión tuneada, 14065 además de la versión pequeña con motor 750 (14015).
En el caso que nos ocupa, del manga Kirin he conseguido localizar los siguientes:
Mohegan Sun, personaje de “Point of no return” que conduce una Honda CB1100R
Mohegan Sun, pero en este caso sobre una Kawasaki GPZ900R
Watanabe Chosuke, también de la primera parte sobre otra Kawasaki GPZ900R
Koji, personaje de The Horizontal Grays enfrentándose a Kirin. Curioso porque Kirin no sale en la segunda parte. Hay referencia al nombre de Kashira, pero no lo he encontrado en las referencias a personajes del Manga
Koji de nuevo pero en este caso con su moto, de nuevo una Suzuki GSX1100S Katana.
Con esto creo que podemos dar por concluido el segundo capítulo de esta serie de post freaks para amantes de lo desconocido en la cultura japonesa. Pero lógicamente, no me queda otro remedio que empezar a trabar en el siguiente. ¿Qué tal uno de motocross para los que les gusta el barro
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