Stella Alpina Motociclistica Internazionale nació como una apuesta entre amigos. Es una reunión de camaradas traileros que se reúnen todos los años desde 1.966 (segundo fin de semana de Julio) en Bardonecchia, Alpes italianos. Bien, realmente este dato no es del todo correcto pues la primera edición se celebró en el mítico Passo Stelvio.
¡Pero comencemos por el principio! En 1.966 dos amigos moteros entablaron una acalorada conversación. Ellos eran Mario Artusio, italiano, miembro del motoclub BMW de Turín. Su amigo Harry Louis, Director de la publicación británica "The Motorcycle". El tema de la conversación giraba sobre el destino italiano más alto donde poder llegar sobre una motocicleta. Harry defendía el Paso Stelvio. Se equivocaba. Nadie habló de que la carretera debía estar asfaltada ni de que dicha vía tuviese salida por la otra cara de la montaña. Exacto, Mario acertó de pleno, El Passo Stelvio alcanza los 2.758m, mientras que el Colle del Sommeiller, lugar hasta donde se asciende en la Stella Alpina, culmina en los 3.000m. Existe un refugio de alta montaña a los 3.050m (Scarfioti) al que las nieves no suelen respetar. Realmente ningún año se conoce a ciencia cierta el lugar final de la ascensión pues este lo marcan las nieves perpetuas que son las que cada año ponen el límite.
Tras la amistosa disputa nuestros dos cicerones atrajeron a sus respectivos grupos de amigos para efectuar el ascenso y convivir durante algunas jornadas. Todavía hoy se puede disfrutar del ambiente internacional británico.
La Stella Alpina continuó celebrándose año tras año (durante 43 años) hasta que la afluencia de participantes resultó desmesurada. Esta concentración pasó a convertirse en una simple reunión de amigos, la más numerosa e importante de toda Europa a nivel trail. No existe una organización propiamente dicha. En lo alto del trayecto te espera una furgoneta que sólo Dios sabrá como ha podido llegar hasta allí arriba. Por 15€ recibes una rancia medalla conmemorativa y un bocadillo con escaso relleno, no importa, pues no es para saborearlo sino para eliminar el tapón de polvo de nuestra garganta. ¡Os aseguro que sabe a gloria!
Pero ¿qué tiene de especial esta reunión? Sencillo. El brutal ambiente. Parece que los asistentes al evento no se hayan enterado de las teorías evolutivas de Darwin y continúan asistiendo con sus máquinas originales de finales de los sesenta. Muchas de ellas, motos de carretera con neumáticos lisos y suspensiones sin apenas recorrido. Este hecho no hace más que aportar espectacularidad y exclusividad al evento, al igual que la suerte de poder observar verdaderas motos clásicas de origen británico como BSAs, Triumphs, Nortons, Royal Enfields, casi todas ellas en altas cilindradas... Recordemos que la mayoría de los primeros asistentes eran británicos, a los que se sumaron italianos y alemanes, Estos últimos se apuntan a cualquier actividad motera que merezca la pena. Son unos locos con mucha pasión.
Por cierto, el mismísimo Harry ha participado en multitud de ocasiones con diversas motocicletas, en la mayoría de los casos monocilíndricas. A partir de mediados de los ochenta descubrió la máquina perfecta: BMW R80GS. Toda una clásica que hoy en día resulta de lo más valorada en este tipo de eventos. Ruedan en perfectas condiciones y se ven bellísimas. En España este modelo de motocicleta desapareció hace tiempo hasta de los desguaces. ¡Somos diferentes!
Pero Harry también se sorprendió en más de una ocasión, como aquella en la que descubrió a toda una Gold Wing, con música incluida, ascender aquel empinado camino. Desde luego no creo que hubiese tenido esta visión ni en sus más terribles pesadillas. Y eso a pesar de que él mismo utilizó una BSA A65 en la primera ocasión. Su amigo Mario utilizó una BMW R69S.
Parece ser que en su primera edición se inscribieron unos doscientos locos moteros, algunos de ellos, llegados de Australia o Nueva Zelanda. Este dato nos da una idea del volumen de participantes varias décadas más tarde. Un verdadero caos y razón por la que, en un momento determinado, se dejó de promocionar el evento intentando limitar la afluencia de asistentes (en el año 1.973 alcanzaba el millar de inscritos). Algo que nunca se consiguió totalmente. Quizás esta situación sea en la actualidad la espada de Damocles que acabe con esta bella historia. El dinosaurio de las concentraciones traileras posiblemente esté cercano a su extinción. De hecho en 2.009 ha estado a punto de no celebrarse a causa de las prohibiciones medioambientales. Es momento de recordar que la Stella Alpina no es una concentración sino una simple reunión de entusiastas del trail por lo que no hay negocio ni permisos administrativos. Aquí se llega para admirar el paisaje, disfrutar de un ambiente único en el mundo y llegar hasta lo más alto, donde muchos jamás soñaron con llegar. Es la simple filosofía del evento.
De Mototurisme hi han anat alguns :
2008- Pacs47,Sergi3
Aquest any la fan el 8,9,10 de Juliol
