Aquest es el seu video de presentació.
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Aquesta la seva web
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Aquesta la seva moto

Aquest és el seu pla de viatge
Verano de 2010
Elegir como fecha de partida 22 de Mayo no es del todo casual. Me proporciona casi tres meses para plantarme en el paso de Torugart, entre Kyrgyzistan y China. Debo estar allí el 20 de Agosto por motivos que aclararé más adelante, y esto supone un verano completo en Europa y la parte noroeste de Asia. Saldré de España tirando rumbo al norte. Tras atravesar Lourdes -visitaré muchos santuarios en el mundo, y Lourdes es uno de ellos, por su interés sociológico-folclórico- bordearé la costa atlántica de Francia hasta llegar a la pequeña isla de Noirmoutier. Allí transcurrieron tres deliciosos veranos de mi adolescencia tardía que me gustará recordar. A continuación, mi espíritu celta me empujará a la Bretaña francesa, donde seguiré las huellas de mis antepasados. Finalmente, dejaré Francia para buscar huellas de la Segunda Guerra Mundial -Auschwitz, el ghetto de Cracovia- y la Guerra Fría -Check Point Charlie es un punto ineludible- a través de Alemania, Austria, Polonia. Mi espíritu glotón me invita a visitar después Italia -dado que conozco ese país muy bien, me quedaré en el norte únicamente para saborear unos platos contundentes- y bordear el Adriático. Tras dejar atrás los balkanes -que todos los moteros consideran un paraiso para las dos ruedas- entraré en Turquía. Estambul lo conozco, pero aun así tendrá un punto entre sentimental y heróico saborear Asia por vez primera. El resto de Turquía es, al parecer, uno de los más hermosos secretos del mundo, por lo que le dedicaré un tiempo antes de entrar en el infierno de la antigua Unión Soviética. Tras mi ruedas quedarán las escaleras de Odessa, Chernobyl, la inmensa estatua de Madre Rusia, la ciudad cerrada de Samara, y finalmente Ekaterimburgo, que es una de las principales paradas del Transiberiano y es donde asesinaron a los zares durante la Revolución, y la frontera natural con Asia de los Montes Urales. A través de Omsk entraré en Kazajastan. Y, el 20 de Agosto, tengo una cita en la frontera entre Kyrgyzistan y China. China, como todas las dictaduras, tiene un serio complejo de culpabilidad que provoca que el gobierno impida a los turistas circular libremente por su país, por si ven algo y después lo cuentan. Todo tránsito ha de hacerse acompañado por un guía y un chófer. Eso encarece el viaje a niveles casi insostenibles, por lo que he organizado, junto con un italiano al que no conozco de nada, una caravana de motos -somos siete en el momento de escribir esto- para atravesar el país durante cinco días. Mi plan original consistía en atravesar Mongolia y China por su costa este, pero el mundo es como es y las dictaduras son como son, así que China se va a quedar en cinco apresuradas jornadas en las que un miembro del partido impedirá por todos los medios que veamos nada que no debamos ver. Esta zona es especialmente difícil, con pistas de tierra en estado muy precario y a casi 5000 metros de altura. Espero continuar en caravana cruzando Pakistan, una parte del viaje que, por motivos evidentes, resulta un poco preocupante. Aun así, Agosto es el momento ideal para transitar por aquí: las llanuras de Deosai florecen durante un breve lapso de tiempo coincidiendo con la fugaz desaparición de las nieves eternas.
Otoño de 2010
Entraré finalmente en India alrededor de Septiembre, cuando concluyan los monzones, y dejando atrás un breve trecho de la Ruta de la Seda. Ajanta, Ellora, Jaiselmer, Khajuraho, Mysore, Sanchi, Kolkata, Bhubaneshwar, Varanasi, Goa, y el triángulo de oro me llevarán cerca de un mes. Luego, subiré al reino de Bután, perdido en el medievo y alcanzaré el espiritual Nepal. Desde Katmandú, su capital, me veré en la obligación de fletar la moto hasta Bangkok, Tailandia, de nuevo por cortesía de una dictadura, el Consejo de la Restauración de la Ley y el Orden del Estado de Birmania, que prohiben el tránsito en vehículos motorizados por parte de extranjeros en su país. A lo largo de los meses de Octubre y Noviembre, cuando presuntamente el clima es más estable por esta zona, transitaré por el sudeste asiático, visitando Tailandia, Laos y Camboya, para a continuación descender al sur por Malasia e Indonesia, entrando en Australia por fin a principios de Diciembre, en pleno verano austral.
Invierno de 2010
Tras cerca de 20 días en Australia cruzando su gigantesco desierto a casi 60 grados de media durante el día y cerca de -15 durante la noche, Alice Springs y la Gran Barrera de Coral, atravesaré el Atlántico hasta Santiago de Chile, donde pretendo pasar las navidades, quizá acompañado de mamá. Será verano allí, así que aprovecharé para intentar llegar hasta Ushuaia y quizás Perito Moreno. Luego, comenzaré a remontar la costa del Pacífico, visitando a mi paso la región de los Lagos, Chiloé, la gran Carretera Austral, y el Salar se Uyuni -una superficie plana de sal de más de 12.000 Km cuadrados que provoca espejismos y alucinaciones nada más mirarla-. Y entonces, llegará la primavera, cuando pase el Ecuador.
Primavera de 2011
En ese momento, me encontraré en centroamérica, aprovechando que el clima será suave. Subiré y bajaré varias veces los Andes dejando atrás Colca Canyon, Cuzco, el Machu Picchu, Ecuador y topándome finalmente con el Tapón de Darién. La Región del Darién, abarca comarcas indígenas de Panamá y el norte del departamento del Chocó, al oeste del Golfo de Urabá, en Colombia, y en ella la autopista Transamericana, que recorre la espina dorsal de América desde Alaska al cabo de Hornos, se ve interrumpida durante 80 desconcertantes kilómetros, debido a la selva, la guerrilla y el narcotráfico. Por ese motivo, me veré en la obligación de montar la moto en un barco salvando el salto de Cartagena en Colombia, a Colón en Panamá. Continuaré por la costa del pacífico de Mexico hasta entrar en Estados Unidos cuando comience el verano. Los veranos en Estados Unidos suelen ser más bien agradables, excepto en zonas determinadas donde puede haber presencia de tornados. Dado que su probabilidad se incrementa en el sudeste hacia el mes de agosto, intentaré recorrer esa zona para luego dar la vuelta tanto a USA como a Canada en contra de las agujas del reloj. Dependiendo de mis fuerzas y mi arrojo, quizá intente llegar al permafrost norte de Alaska antes de comenzar el descenso, al cabo de un par de meses, a Mexico. En sus playas, me toparé con el Otoño.
Otoño de 2011
Y entonces bajaré a la selva. Atravesando Venezuela entraré en el Amazonas. Paradójicamente, esta será la zona menos agradable del viaje, porque me veré en la obligación de compartir pistas infinitas de verde monotonía con la sola compañía de pájaros exóticos y camiones descomunales cargados de troncos. En Manaus, confluencia del Río Negro y el Amazonas, que durante el siglo XIX floreció como consecuencia de la Fiebrel del Caucho, cruzaré el río y me dirigiré hacia la costa atlántica, que alcanzaré en Natal, no sin antes detenerme en ese extraño experimento sociológico que es Brasilia. Tengo especial interés en conocer Brasil a fondo, dedicándome a sus gentes, su clima y su forma de vida. La moto me permitirá explorar desde colonias de indígenas a grandes urbes turísticas. Cuando el clima empiece a hacerse severo en el Hemisferio Norte, saltaré de nuevo al sur.
Invierno de 2011
Estamos alrededor de Octubre. He dejado a mis espaldas Espírito Santo, Rio de Janeiro, Florianópolis, y llego a las Cataratas de Iguazú, donde se juntan Brasil, Argentina y Paraguay. En el mes de Noviembre entraré de nuevo en Argentina, y visitaré Río de la Plata, preparando la etapa final del viaje. Un saltito atlántico y me encontraré en Sudáfrica, donde pretendo pasar las segundas navidades del viaje. Después, subiendo por la costa índica de Africa, cruzaré Suazilandia, Mozambique, Bostswana, las Cataratas Victoria, conocidas localmente como Mosi-oa-Tunya, el humo que truena y el desierto de Serengueti, hasta alcanzar la Costa de los Esqueletos en Namibia. Esta costa es uno de los lugares más inhóspitos de la tierra. En ella, el Desierto de Namibia llega hasta el Océano Atlántico Sur, Los vientos soplan desde el interior del continente hacia el mar, con lo que cae muy poca lluvia. Por otro lado, la llegada de la corriente fría de Bengala produce densas nieblas oceánicas la mayor parte del año. Es, pues, un rincón de la luna en la Tierra. Luego, volveré al Índico. Al comienzo de la Primavera, entraré en Tanzania, y divisaré las nieves del Kilimanjaro.
Primavera de 2012
Justo en ese momento, la costa índica de Africa se convierte en un hermosísimo vergel. La naturaleza vence la sequía, y Kenya, Etiopía y Somalia se vuelven verdes y floridas. Sus suaves colinas se cubren de flores, y sus lomas toman un color azulado por las plantaciones de café. Seguiré rumbo al norte hasta alcanzar la frontera sur de Egipto y divisar el Nilo. Es mi intención bordearlo, empapándome de él, bañándome en sus aguas, conociendo su cultura milenaria. Entraré en contacto con la civilización egipcia en Abu Simbel, y seguiré sus pasos siempre rumbo al norte hasta alcanzar El Cairo. Mientras siga siendo primavera, las temperaturas serán aquí soportables. En este punto, cumpliré dos años de ruta.
Verano de 2012
Alrededor del mes de Junio, entraré en Oriente Medio. Jordania, Siria, Israel, Jerusalem. Es mi intención hacer un pequeño recorrido bíblico antes de entrar de nuevo en Turquía a través de la carretera de Damasco. Quiero detenerme en joyas de la historia, como la ciudad secreta de Petra, antes de circunvalar por completo la tierra alcanzando de nuevo Estambul, mi puerta de regreso a Europa. En ese momento, la poesía del viaje se quedará atrás. Estoy convencido de que en ese instante sólo tendré en la cabeza volver, volver, volver, por lo que en un par de semanas, habré saldado la distancia hasta España. Mi mayor temor es no saber quién seré entonces. Es una incertidumbre que hoy por hoy, me roba el sueño casi todas las noches.