Hay dos clases de moteras. Las que ocupan la plaza trasera como acompañantes y, en la mayoría de los casos, son compañeras del alma y las que deciden tomarse por su cuenta y riesgo empuñar el manillar de una moto.
Todo eso es muy bonito si se trata de hacer excursiones de vez en cuando desde Barcelona a Lloret de Mar o de Madrid a El Escorial, pero cuando la que te cubre las espaldas está ahí subida desde toda la vida, a veces desde hace 20,30,40 años, la cosa tiene su mérito. (Siéntate en el asiento de atrás y verás la gracia que te hace chuparte 2000 kilómetros frito y escalfado en pleno mes de agosto o remojado y aterrado de frío hasta las orejas, en un duro febrero). Desde luego, no se hace por dinero.
Me ha encantado meter aquí a estas amigas mías moteras de corazón, que también lo son de la libertad. Estoy seguro que en este país las hay a cientos… o ¿miles? .Esto es un pequeño homenaje hacia ellas.





Aqui podeu llegir l'entretingut bloc del mestre J.M. Alguersuari:
http://www.alguersuari.com/2010/09/las- ... hicas.html