En primer lugar nos dirigimos al camping motero de Anzánigo (Huesca) donde disfrutamos de un día de relax y una noche de tormenta antes de cruzar la frontera por Canfranc. No faltaron las pistas en la zona de Lleida por la zona del pantano de Canyelles.
Fazer junto al pantano de Canyelles
Impresionante vista desde lo alto de la presa
Nuestro hotel de cinco estrellas con restaurante gastronómico
El impresionante puente medieval de Anzánigo con el pueblo al fondo
Típica chimenea altoaragonesa
Fazer contento porque tiene la despensa llena
Fazer no sabe si pedir un autógrafo a Carmen de Mairena
Al día siguiente partimos hacia Francia por Canfranc. La estación de Canfranc es una joya.
Despues de pasar por la frontera dejando atrás Candanchú bajamos el Somport, que es una gozada.
El día no acompañaba mucho pero tampoco hacía calor
Ya estamos en la nacional dirección Tarbes
La fortaleza de Portalet, una pasada, que se construyó para proteger la frontera una vez acabada nuestra Guerra de la Independencia porque no se fiaban ni un pelo de España. Como curiosidad, se utilizó como cárcel en la época del régimen de Vichy y después de la guerra también. Se puede visitar, aunque lo están restaurando.
En pleno país de los Mosqueteros, la iglesia de Notre-Dame de Oloron Sainte-Marie.
Despues de comer empezamos a pasar rotonda tras rotonda por la nacional en dirección al primero de los puertos del Tour que nos viene de camino. Hay más, pero tenemos el tiempo limitado.
Menudo asfalto a la entrada de Buzy, en pleno valle de Aspe.
En dirección al Col d'Aubisque, uno de los míticos del Tour, empieza a ponerse negro y a llover. Laruns, un pueblo en fiestas como casi todos los que cruzamos.
El remojón ha valido la pena
La bajada es espectacular
Busca a Fazer entre tanta cabra macho...
Del Aubisque, al Tourmalet. Estamos muy animados porque ha salido el sol y lo que nos estamos encontrando es mucho mejor de lo que esperabamos despues de haber seguido el Tour cada día. Es muy de admirar lo que hacen los ciclistas, por la tele no te puedes hacer una idea.
Y del Tourmalet bajamos por el Col du Soulor buscando el Col d'Aspin. Menuda tarde de curvas y más curvas. Como el asfalto es excelente porque acaba de pasar el Tour la ruta asfaltica es una gozada.
La bajada del Tourmalet y el siguiente puerto, el col d'Aspin, fue espectacular, porque las nubes se habían quedado en lo alto del Pic du Midi y el cielo se volvió de un azul radiante.
Esto es el Valle de Arán visto desde la parte francesa
Y tras una jornada de curvas y diversión, a buscar donde dormir. Lo bueno que tiene el Pirineo francés es que hay mucho, pero mucho donde elegir para alojarse, para todos los bolsillos y todos los gustos. Los precios de la hostelería son similares, y en algunos casos más barato que aquí :( , si me lo dicen hace 10 años no me lo creo. La gasolina es lo único que sigue siendo más caro.
Pasamos la noche en el camping municipal de Arreau por un precio más que módico y volvimos a la carretera, esta vez en dirección a Bagnères de Luchon. El primer puerto de montaña fue el de Val Louron-Azet. Para llegar hay que pasar por medio de varios pueblecitos de montaña de nuevo en fiestas esquivando autocaravanas, tractores, ciclistas, vacas y cabras. No acompañaba el tiempo, pero la niebla le daba bastante encanto a tanto verde.
Pasando por delante de Sailhan antes de subir por el puerto y empezar a esquivar ciclistas en la niebla (con un par)
Espectacular vista de la estación de esquí de Val Louron y el valle de Louron al fondo, pero lo tapan las nubes
Estas señales te las vas encontrando conforme subes el puerto y son muy informativas porque sabes a cuánto estás de la cumbre, la pendiente... para los que vamos en moto igual nos da un poco lo mismo, pero quien suba pedaleando o en autocaravana seguro que las agradece.
Seguimos en dirección a Bagnères, junto a la frontera, y pasamos por Loudenvielle junto a un precioso lago pero no pudimos hacer fotos. Toda la zona está declarada como de interés artístico y cada uno de sus pueblos merecería una visita, pero no tenemos tiempo.
Vamos por el col de Peyresourde hacia Bagnères, y de ahí por el Portillon a la frontera con Bossost, del Valle de Arán. Nos hemos quedado con las ganas de seguir, pero no puede ser más. Mejor, así tenemos excusa para volver.
Como final una foto cerca de La Pobla de Segur. Las nubes se quedan al otro lado del Pirineo y volvemos a ver el sol y a tener calor mucha calor.